Lorena Vázquez

Lorena Vázquez salió de su mundo laboral privilegiado para trascender y trabajar por los demás

Rocío Díaz González

agosto 3, 2022

Durante 25 años ha tenido posiciones de liderazgos en organizaciones con fines humanistas, sociales y actualmente ecológicos, al ser directora general del Parque Ecológico Chipinque en Monterrey. Todos estos años ha trabajado para conocerse y desarrollar su liderazgo, al mismo tiempo promover e impulsar la presencia y la voz de las mujeres en espacios de toma de decisiones, en especial, las de las comunidades rurales del país. 

Como licenciada en sistemas computacionales, se desarrolló profesionalmente por siete años en este rubro y lideró, en ese entonces, equipos de trabajo formados solo por hombres; durante este tiempo trabajó en redescubrirse para llegar a la conclusión de que tenía una misión en la vida más allá de generar dinero y ser exitosa.

Como mujer tenías que probar que podías, fue complejo establecer la credibilidad. En ese entonces no sabía de las dinámicas de género, siempre he sido feminista aunque no sabía que lo era, pero sabía que tenía que abogar por las mujeres, sabía que quería buscar equidad e igualdad de género.

Impulsó en México con su liderazgo de 19 años la ONG The Hunger Project, proyecto que le dio la fortuna de conocer a profundidad nuestro país, peleando por las comunidades remotas que son invisibles para muchos de nosotros, protegiendo su dignidad, sus derechos humanos, la igualdad de género, que es mucho más exacerbada en estas zonas y finalmente, dando la oportunidad a muchas familias de tener una vida diferente, con otro nivel de dignidad y de mayor libertad. Lo anterior, además de poder influenciar con este proyecto en las políticas del gobierno para abordar los temas de pobreza y desarrollo social. 

En este proyecto me tocó conocer el machismo a todo lo que daba, en Oaxaca, por ejemplo me tocó enfrentarme con líderes comunitarios formales e informales con mucho poder y pedir espacio para las mujeres y su participación.

Nuestro mundo sigue siendo muy patriarcal, los lugares de toma de decisiones siguen dominados por hombres, tuvieron que aprender a dialogar con una mujer y que me vieran de autoridad a autoridad.

Durante estos años fue también consejera de ONU Mujeres y trabajó arduamente para llevar a mujeres de comunidades rurales de México a la ONU en Nueva York para expresar sus retos, sus necesidades y específicamente sus solicitudes para cerrar la brecha de espacios de diálogo a ese nivel. 

Más adelante, hizo un giro ahora por el planeta entendiendo la crisis climática que estamos viviendo, por lo que desde hace 2 años dirige el Parque Ecológico Chipinque en Monterrey, buscando llevar, entre otros objetivos, a un grado más de conservación, una reserva natural.

Comenzó en este viaje al inicio de la pandemia por COVID-19, por lo que su más grande desafío fue lograr que se mantuviera abierta la reserva como contención del estrés de las personas por el aislamiento y en beneficio de su salud mental, además de contribuir para que se mantuviera este espacio financieramente rentable para su conservación.

Esta reserva de 1800 hectáreas está dentro del área natural protegida del país, el Parque Nacional Cumbres de Monterrey, en el que residen muchos ecosistemas que permiten garantizar servicios ambientales que benefician a todas las personas, estén ahí físicamente o no, conservar la biodiversidad y así garantizar la vida. 

Finalmente, y no menos relevante, Lorena es cofundadora, junto con otras mujeres, de la organización Aúna, plataforma política que busca impulsar, preparar y acompañar a mujeres de todos los estados que tengan posiciones de liderazgo y que desean tomar posiciones públicas.

En la medida que mujeres más preparadas y acompañadas lleguen a espacios de toma de decisiones, más efectos positivos van a tener en la vida de todas nosotras; no puede ser que las decisiones que nos afectan a nosotras sigan siendo tomadas por los hombres.

Debemos reconocer que tenemos un llamado todas para hacer cambios, en nuestro espacio, nuestra familia, nuestra comunidad. Hay que aprender un nuevo nivel de sororidad, de reconocer nuestras limitaciones y ver cómo nos acompañamos nosotras mismas para empujarnos y demostrar nuestro liderazgo.


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