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Me amo, me cuido

Gina Vargas

mayo 12, 2022

¿Cuántas veces hemos escuchado lo importante que es cuidar de nosotros? Te dicen que debes ponerte en primer lugar para atender tus necesidades, pero, en realidad ¿te escuchas, te atiendes, te das espacio para lo que quieres y necesitas?

Aquí una sencilla reflexión: cuando quieres ir al baño y estás realizando otra actividad (la que tú quieras), te esperas hasta que ya no puedes más, aun sabiendo que eso no te conviene. Incluso postergas tu hora de la comida para terminar otra tarea y te dan las 4 o 5 de la tarde, si no es que más. Pongo estos ejemplos pues con mucha facilidad nos dejamos a nosotros mismos para “después”, por cualquier motivo, ya sea por razones sencillas o complejas.

Postergar nuestras necesidades es una conducta aprendida que viene del proceso educativo donde nos enseñan a resolver, atender o hacer para los otros antes que para nosotros mismos, el objetivo es ser personas “buenas” o “educadas”. Al mismo tiempo, nos hacen creer que si vemos primero por nosotros somos egoístas y yo te diría que sí, a partir de mi propia experiencia, hay que ser egoístas para voltear a vernos y darnos lo que requerimos sin importar qué tan relevante es.

De la misma forma, también nos hemos comprado la idea del “merecer”. Al leer esta palabra ¿sientes la carga o pesadez que trae consigo? Esa idea de hacer méritos o sufrir para obtener algo nos lleva a dejar de pensar en nuestro bien, pues al parecer debemos pasar por algo muy difícil para una “recompensa”.

En realidad, estas creencias nos envuelven y dan como resultado situaciones caóticas de las que seguramente saldremos triunfantes, pero si observamos más allá, nos daremos cuenta que no es necesario atravesar por ese camino tortuoso.

Y sé que no es fácil, las creencias nos hacen ver por los demás y nos impulsan a complacer a otros y cumplir proezas, pero si tú no te atiendes ¿cómo lo harás con los demás? Es como cuando vas a viajar en avión y te dicen que si hay una descompensación primero te pones tu mascarilla y después la de tu acompañante (si es niño o adulto mayor). Aplica esa analogía a tu vida, tú primero para poder dar o atender a los que te rodean.

Gina Vargas

Soy una versión diferente de la que fui el año pasado. Mi cambio empezó hace 4 años cuando me adentré en el mundo holístico donde descubrí Access Consciousness y después conocí Quantum Resonance. Ambas técnicas me han ayudado a ser una mejor versión de mí, aprendí a relacionarme mejor conmigo, con otras personas y ver mi vida desde una perspectiva muy distinta. Lo más valioso que he recibido de estas prácticas es la facilidad que me dieron para transitar por el cáncer de mama.


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