Soy una firme creyente de que la independencia financiera es la clave para el empoderamiento de las mujeres. Cómo llegué a esta creencia, no estoy muy segura. Es cierto que mi mamá es una mujer fuerte y trabajadora que siempre participó en la vida financiera de mi familia. Pero también es verdad que cuando nació mi primera hija no dudé en renunciar a mi trabajo para cuidarla.
La vida me presentó oportunidades para poder combinar mis diferentes roles trabajando desde mi casa. ¿Cuánto tiempo hubiera tardado en reincorporarme a la vida laboral si no me hubieran ofrecido trabajar de esta forma y qué consecuencias hubiera tenido en mi actual independencia financiera? Nunca lo sabré, lo cierto es que en estos años he visto a algunas de mis amigas permanecer más tiempo del que debieron en un matrimonio, a otras luchar por salir adelante después de un divorcio y, a otras más, tener dificultades para contribuir económicamente en momentos de crisis en su familia por no haber seguido su carrera profesional.
Las mujeres seguimos enfrentando diferencias en oportunidades y en muchos casos nos vemos obligadas a tomar decisiones difíciles para equilibrar la vida profesional con la de pareja y la maternidad, lo que puede tener consecuencias negativas en nuestra capacidad de autosuficiencia económica. Ante este dilema quisiera plantear algunas ideas:
Cuando crecemos y nos convertimos en adultos aprendemos que la libertad, es decir, la posibilidad de tomar decisiones propias, siempre va a acompañada de responsabilidad, es así que si queremos ser libres financieramente tenemos que construir nuestra independencia y luchar por mantenerla.
¿Crees que tienes independencia financiera?
Tienes a tu nombre: