La adolescencia puede ser una etapa compleja, especialmente en esta época en la que los jóvenes están expuestos constantemente a las redes sociales y experimentaron recientemente una pandemia con momentos de aislamiento e incertidumbre.
Según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) las tasas actuales de depresión y ansiedad en niños en todo el mundo son alarmantes.
En América Latina, casi 16 millones de adolescentes de entre 10 y 19 años vive con algún trastorno mental, cifra que representa un 15% del total de la población de ese rango de edad.
Ante esta realidad es importante estar alertas para identificar en forma temprana los trastornos mentales.
¿Cómo identificar si tu hijo o un joven con el que convives tiene depresión?
- 1Se siente triste o irritable la mayor parte del tiempo.
- 2Ha perdido interés en actividades que antes le parecían placenteras.
- 3Tiene dolores o malestares que no tienen explicación.
- 4Sufre cambios en sus hábitos alimenticios, ya sea que coma mucho o poco.
- 5Vive cambios en sus hábitos de sueño, ya sea dormir poco o mucho.
- 6Ha perdido interés en pensar en su futuro y hacer planes para cumplir sus sueños.
- 7Consume drogas o alcohol.
¿Y si de ansiedad se trata?
- 1Tiene miedos y preocupaciones constantes sobre su rutina diaria.
- 2Se siente irritable y sufre cambios de comportamiento.
- 3Evita ciertas actividades, la escuela o interacciones sociales que antes le parecían agradables.
- 4Ha sufrido una baja inexplicable en las calificaciones y no cumple con tareas.
- 5Tiene problemas para dormir o concentrarse.
- 6Consume drogas o alcohol y presenta otros comportamientos de riesgo.
- 7Presenta malestares frecuentes como fatiga, dolores de cabeza o de estómago.
Consejos para vivir con un joven con depresión o ansiedad
- 1Busca ayuda de un especialista. Los trastornos mentales son una enfermedad y requieren apoyo profesional.
- 2No desesperes y trata de vivir con naturalidad, cariño y comprensión. Reconociendo que es un proceso difícil, trata de crear un clima tranquilo en el que la persona se sienta libre de hablar, si así lo desea, evita reproches, discusiones y estrés. Los actos cotidianos pueden convertirse en sanadores; sin forzar trata de mantener rutinas, especialmente las que disfrutaba.
- 3No tomes las actitudes de la persona con trastorno mental como un rechazo personal, ni busques culpables. Como decíamos antes, la depresión y la ansiedad son enfermedades, por lo que debes transmitirle que no es su culpa vivir con éstas, ni un signo de debilidad o falta de carácter, esto puede resultar muy liberador. No le digas “pon de tu parte”, porque probablemente está haciendo lo más que puede.
- 4Infórmate sobre la enfermedad. Lee libros y busca información de asociaciones de pacientes y familiares, te ayudará hablar con personas que viven lo mismo que tú.
- 5No pierdas la esperanza. Todo esto pasará, aunque no parezca en este momento. En dos de cada tres casos los episodios depresivos y de ansiedad mayores desaparecen en su totalidad, en el caso de depresiones resistentes hay actualmente muchas herramientas.
¡Recuerda que no estás sola! Muchas otras personas están acompañando a un joven en un proceso similar.