María Fernanda Ortiz

noviembre 11, 2021

UN IDEAL DE PERFECCIÓN QUE AGOTA

¿Siempre han vivido las mujeres persiguiendo un ideal de perfección? ¿Todas las mujeres lo sentimos de la misma forma? No lo creo, pero puedo decir que a mis casi 50 años estoy agotada de intentar alcanzarlo.

Todo empieza cuando eres niña y empiezas a recibir, tanto de la familia como de la sociedad, estereotipos de cómo debes comportarte, vestirte, lucir –en pocas palabras vivir– a través de frases cotidianas, imágenes y microagresiones que van adentrándose en tu piel y, lo peor de todo, que nosotras mismas transmitimos a las siguientes generaciones pues lo consideramos perfectamente normal.

Hace algunas generaciones las mujeres se desenvolvían básicamente en un ámbito familiar y su objetivo era, entonces, ser buena esposa y madre. Es ahí donde enfocaban su atención. No obstante, conforme las mujeres fuimos participando en la vida económica ampliamos nuestros espacios; es así que ahora nos sentimos impulsadas a tener una carrera profesional exitosa, sin dejar de ser buena esposa y madre, en la mayoría de los casos.

Si a esto le añadimos los ideales de belleza y salud de la sociedad moderna, terminamos teniendo que vernos como de 20 a los 50, hacer por lo menos una hora de ejercicio diario, comer sanamente y tener un porcentaje de grasa entre el 15 y el 20% ¡sin importar la edad!

Más allá de enlistar todos mis esfuerzos en la búsqueda de la “perfección”, quiero poner como ejemplo unas experiencias recientes que me han hecho reír – o llorar: para mantenerme en mi peso tengo que vivir a dieta casi permanente, lo cual no estuve dispuesta a hacer en el primer año de la pandemia; así pues, mientras que mi nutrióloga recomienda que haga 5 días de ejercicio, por lo menos 3 de cardio, mi fisioterapeuta (a la que voy por problemas de rodillas) me dice que después de dos años de hacer pilates 4 días a la semana tengo muy poco tono muscular en las piernas y tengo que incrementar mis ejercicios de fuerza, y yo que trabajo más de 8 horas diarias y que me esfuerzo por hacer ya 5 días de ejercicio a la semana, me pregunto ¿A QUÉ HORA QUIEREN QUE HAGA MÁS?

No me malentiendan, la idea es seguir dando lo mejor que podemos en todas las áreas de nuestra vida, pero sin sentirnos frustradas por no ser perfectas en cada una de ellas y eligiendo el estilo de vida que queremos llevar y las batallas que estamos dispuestas a pelear.

Para mí tener hijos ha sido una de las mejores experiencias de mi vida, que no cambiaría por nada, pero celebro a las mujeres que saben que tener hijos es una decisión personal y tienen la valentía de romper los estereotipos que nos fija la sociedad y decidir, de corazón, si quieren tenerlos o no; así como a las que saben que quieren tenerlos, pero eligen cuántos y a qué edad.

Celebro también a las mujeres que saben que no necesitan tener una pareja para tener una vida plena y feliz. También a las mujeres que deciden qué tipo de carrera profesional quieren tener, pues el éxito está en hacer lo que quieres y te hace feliz, sin cumplir con las expectativas de los demás.

En pocas palabras, celebro a las mujeres que rompen los estereotipos de cómo deben verse y comportarse, para hacerlo de una forma que les resulte congruente con su forma de pensar y de vivir. 

El primer paso para romper el ciclo de sobredemandas que aprendimos, y muchas de nosotras vivimos, es estar conscientes de ello para redefinir nuestra vida de acuerdo a nuestras propias expectativas, tal vez así podamos dejar de transmitirlo a las siguientes generaciones.


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